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martes, 19 de agosto de 2014

Las esclavas sexuales del Japón imperial no perdonan

 

SOCIEDAD / VISITA DEL PAPA A COREA DEL SUR

PABLO M. DÍEZ / ENVIADO ESPECIAL A SEÚL ABC MADRID 19/08/2014   

Durante la Segunda Guerra Mundial, Japón raptó a 200.000 niñas asiáticas que utilizaba para satisfacer a sus tropas

Incluso siendo católica, la coreana Lee Yong-su, que tiene 87 años, jamás perdonará a Japón por convertirla de niña en una esclava sexual de sus tropas durante la Segunda Guerra Mundial.

«Es imposible que los perdone porque destrozaron mi vida», explica a ABC la anciana, que ayer se reunió con el Papa Francisco durante su última jornada en Seúl. Antes de marcharse de Corea del Sur, el Pontífice recordó la tragedia de las «mujeres del consuelo».

Así se conoce a las 200.000 jóvenes prisioneras, sobre todo coreanas, chinas, filipinas, taiwanesas e indonesias, que fueron utilizadas en los burdeles que regentaba el Ejército imperial nipón para elevar la moral de sus soldados.

«Espero que el Papa nos ayude a que Japón reconozca estos hechos», confió Lee Yong-su, quien nació en Daegu en 1929 y fue raptada una noche por los militares mientras dormía en su casa con solo 15 años. La impunidad del régimen colonial nipón era tal que, cuando sus padres se levantaron a la mañana siguiente, ella ya no estaba allí, sino camino de una base aérea de «kamikazes» en Taiwán.
«Aunque me resistí cuando me forzaron, me daban palizas y me torturaban con descargas eléctricas», recuerda la anciana. Obligada a satisfacer a varios hombres al día, Lee Yong-su pasó allí los dos últimos años de la guerra, hasta que pudo volver a Corea del Sur cuando los japoneses se rindieron en 1945.

Pero, cuando llegó a su casa, su madre la repudió y le dijo que estaba «maldita». Desde entonces, sobrevivió como pudo sin casarse y con la única ayuda de la Iglesia católica. En 1992, un grupo de activistas elaboró un registro de «mujeres del consuelo» para reivindicar su causa.

Desde 1996, un asilo atiende a una decena. Una de ellas, Kang Il-chun, de 83 años, fue raptada incluso más joven que Lee Yong-su. «Tenía 13 años y, tras volver del colegio, unos soldados vieron que estaba sola en mi casa, entraron y me llevaron a China, primero en un camión y luego en un tren con más jóvenes», desgrana la mujer.

«Conocer este drama»

 

Aunque las familias les decían a sus hijas que se escondieran si veían a los militares, Kang Il-chun era tan pequeña que no sabía lo que le esperaba. «Pensaba que me llevaban a una fábrica», se lamenta la mujer, que estuvo confinada en una base del Ejército en Changchun, al noreste de China. «Como tenía 13 años, "solo" debía satisfacer a cuatro o cinco hombres al día, pero otras chicas más mayores eran violadas a todas horas», cuenta la anciana, que aún se acuerda de «una niña de doce años que murió de tantos abusos».

Al terminar la guerra, tampoco pudo regresar a Corea, dividida entre el Norte comunista y el Sur capitalista. Sin recursos, se quedó en China. Acogida por unos coreanos que vivían en Changchun, empezó a trabajar como enfermera y, a los 18 años, se casó con un chino, con quien tuvo tres hijos. En 2000, regresó a Corea del Sur con un programa de repatriación gubernamental.

La mujer, que también se reunió con el Papa, espera que su visita sirva «para dar a conocer este drama». Pero, como Lee Yong-su, insiste en que «jamás perdonaré a los japoneses».

sábado, 19 de abril de 2014

“La Cosecha” Rabindranath Tagore (Poema 27)


 
                                       Estaba Sanatan rezando su rosario junto al Ganges, cuando llegó a él un Brahmín harapiento y le dijo: “¡Una limosna a este pobrecito!”
“He dado todo lo que tenía” le respondió Sanatan; “lo único que me queda es mi platillo”.
“Pues Siva, nuestro Señor, me ha visitado en sueños, y me ha dicho que viniera, dijo el Brahmín.
Sanatan recordó de pronto que había encontrado una piedra preciosa entre los guijarros de la ribera y que la había escondido en la arena, por si alguien la necesitaba.
Le dijo al Brahmín donde estaba la piedra y el Brahmín la desenterró pensativo. Y se sentó en el suelo y estuvo meditando en soledad hasta que el sol se puso tras los árboles y los pastores volvieron con los ganados a sus hogares.
Entonces se levantó, se fue despacio hasta Sanatan y le dijo: “Maestro lo que quiero es un pedacito de esa riqueza que desprecia todas las riquezas del mundo.”
Y echó la piedra preciosa al agua.

Traducción realizada por Zenobia Camprubí de Jiménez, en colaboración con su esposo, el poeta Juan Ramón Jiménez.
(Rabindranath Tagore. Obra escogida. Editorial Aguilar. Año 1955)



---¡COGEDLA, que no se os vaya! ¡Amarradla bien a la tierra!
Un viento no sé dónde, en un desorden de chispas de sol y estrellas de plata, rojas, verdes, de un día conmovido, rinde, de pronto, a los hombres desvelados una rama celeste, llena toda de los frutos del árbol único de la Verdad.

---¡Qué se nos va! ¡Por Dios que nos lleva! ¡Más fuerte!
Y la rama inmensa se levanta, de nuevo, en paz; se levanta, se pierde en el cielo…
Y el gran cielo azul y radiante se cierra tras ella, ordenando la momentánea revolución de día y  noche, las estrellas rosas, grises, de plata y las chispas de oro.
---¡Qué tristeza, qué tristeza, qué tristeza!
Pero el corazón es ya para siempre un cesto vacío, del tamaño del cielo de la aurora; nostálgico de la belleza inmortal, fruto de luz divina, que se le ha regalado un momento en la rama rendida del árbol único de la Verdad.
Juan Ramón Jiménez  (Introducción a “La Cosecha”)

Rabindranath Tagore

(06/05/1861 - 07/08/1941)


Poeta y filósofo indio

“Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”.


                       Nació el 6 de mayo de 1861 en Calcuta (India) en el seno de una familia de brahmanes rica e instruida, Tagore fue el menor de catorce hermanos.

Con 17 años publicó su primer libro de poemas. Pasó algún tiempo en Inglaterra (1878) donde cursó estudios de Derecho. Regresó a su país y no tardó mucho en convertirse en el autor más importante y famoso de la época colonial.

En 1883, se casó con una niña de diez años, con la que tuvo cinco hijos, varios de los cuales murieron pronto; ella falleció en 1902. Tagore no se volvió a casar.  Escribió en lengua bengalí. Su obra, muy imaginativa y profundamente religiosa, está impregnada por su amor a la naturaleza y a su tierra. Autor depoesía, cuentos, novelas y obras de teatro, además de componer centenares de canciones populares. En 1929 se inició en la pintura.

Devoto de la paz, denunció el nacionalismo en cualquier país, en cuya manifestación detectó uno de los peores males de su tiempo, opuesto al universalismo al que aspiraba. Intentó inspirar a los seres humanos un sentimiento de que había muchas cosas que los unían. Al igual que Gandhi, se opuso al determinismo de las castas; pero, a diferencia del gran líder hindú, estuvo lejos de profesar desdén por la cultura occidental. Internacionalista decidido y educador, en 1901 fundó en su propiedad bengalí la escuela Santiniketan, para la enseñanza de una mezcla de filosofías orientales y occidentales, que en 1921 se convertiría en la Universidad Internacional Visva-Bharati. Muchas opiniones de Tagore sobre nacionalismo, educación y diálogo entre culturas tienen aún validez intelectual, y algunas de sus ideas han atraído e influido a pensadores contemporáneos tanto en India como en otros países.

Tagore renovó la poesía y la prosa bengalíes, tanto La casa y el mundo como Gora, una juventud en la India son una buena muestra de su obra. Su tarea creativa fue incesante, y en 1912 despertó en Europa el interés por sus obras, especialmente en William Butler Yeats, que colaboró en la traducción de Gitanjali, cuya primera edición inglesa lleva un elogioso prólogo del gran lírico irlandés. Otro de sus admiradores fueEzra Pound, aunque después llegó a detestarlo. Su influencia también es clara en el primer Neruda. En 1913, le otorgaron el Premio Nobel de Literatura y dos años después el rey Jorge V le nombrócaballero, título al que renunció tras la matanza de Amritsar en 1919, cuando las tropas británicas mataron a 400 manifestantes indios.

Rabindranath Tagore falleció el 7 de agosto de 1941 en Santiniketan.


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