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Así los últimos serán los primeros y el primero el último: Pues muchos serán llamados, pero pocos los elegidos...Mateo 20:1-16

No somos seres humanos pasando por una experiencia espiritual.., somos seres espirituales pasando por una experiencia humana.

viernes, 7 de enero de 2011

ENTREVISTA A SWAMI CHIDANANDA

Serie Grandes Maestros

Sri Swami Chidananda Saraswati


Ramiro Calle
Escritor y especialista en Yoga. 
Son más de noventa los recorridos que he hecho por toda la India y durante muchos años me he dedicado a entrevistar a yoguis, mentores espirituales, sannyasins, sadhus, eremitas, pandits, eruditos y gentes relacionadas con el universo del espíritu.
Durante años estuve acudiendo a Rishikesh e incluso hospedándome en el ashram La Divina Vida, para entrevistar a muchos de sus swamis, incluido, por supuesto, su presidente, Swami Chidnananda, que según noticias que me han enviado del Ashram, se encuentra ahora en Dehra Dunn, pues es un hombre de edad. Otros swamis que entrevisté numerosas veces, como Nadabrahmananda, Atmaramananda, Krishnananda y muchos más, ya han desencarnado, pero tengo recogidas sus enseñanzas tras prolongados encuentros investigando en la evolución del ser humano.
Durante varios días me dirijo al kutir (ermita) de Chindananda para intercambiar impresiones durante horas. Siempre se muestra muy cortés, apacible, serio y circunspecto pero encantador. A veces estamos solos y otras se nos unen varios swamis o devotos. Lo visité varios años y cada vez que lo hacía le entrevistaba varias veces. He trascrito a continuación parte de nuestras conversaciones con este hombre dedicado desde los veintiséis años al yoga por entero y sucesor directo de Swami Sivananda.
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Ramiro Calle: Como usted sabe, la psicología occidental distingue entre el subconsciente y la consciencia. La psicología hindú, por su parte, también observa estos dos estratos mentales, pero además señala un tercero: la supraconsciencia, interesándose profundamente en el mismo. ¿Podría ofrecerme su opinión sobre ese estado superior que podemos denominar como superconsciencia o supraconsciencia?
Swami Chindananda: Existen, por supuesto, el subconsciente y el consciente en el ser humano; pero además también existe la supraconsciencia, que trasciende los límites de lo consciente. La supraconsciencia pertenece al individuo, es algo que está en él. La experiencia de los iluminados ha permitido saber con certeza que hay un plano de consciencia más allá de la consciencia ordinaria y del subconsciente. Ese plano de consciencia superior es eterno, inmutable e indestructible. Forma parte del ser humano; es decir, es tan propio de él como su personalidad, su nombre, su edad y todos aquellos elementos que caracterizan al individuo, Este plano superior de consciencia, esta supraconsciencia, es libre, independiente de todo factor, no tiene forma, nombre, ni límite. Es infinita y eterna. Es la consciencia imperecedera y cósmica; es el estado en el que el individuo se trasciende a sí mismo y adquiere ilimitada paz, la plenitud. El miedo deja de existir para el individuo. Todo es serenidad, seguridad.
R. C.: La atención mental juega un destacado papel en el yoga. El practicante de yoga tiene que cultivar y desarrollar al máximo su atención. ¿Cómo desarrollar lo más eficazmente posible la atención mental?
S. Ch.: Hay que desarrollarla, por supuesto, en el estado de vigilia. Hay que aprender a mantener la mente canalizada, en un punto, concentrada sobre un objeto con absoluta exclusión de todo lo demás. La canalización correcta de la mente se va consiguiendo mediante la práctica. Hay asimismo que poner el máximo de atención en todo aquello que se haga; hacerlo con todo verdadero interés y entusiasmo. Así gradualmente la atención mental se irá desarrollando.
R. C.: Los vasanas (tendencias mentales) y las impresiones del subconsciente en general perturban al individuo, influyen en su vida y en su forma de actuar e incluso pueden determinarle y esclavizarle. ¿Cómo liberarse de esos elementos perturbadores?


S. Ch.: Los activa la extraversión mental, la disipación y la constante atención a todo aquello que los sentidos nos muestran. Para librarse de ellos hay que desapegarse de los sentidos, neutralizar su influencia, permanecer sereno, ignorar las percepciones sensoriales, sustraer a los sentidos de los fenómenos. Mediante la educación mental y la disciplina de la mente se libera uno de esos elementos perturbadores. Es muy importante controlar el deseo, porque el deseo origina nuevos deseos. Hay que hacerle comprender a la mente que no son importantes los fenómenos externos, hacerle cambiar de actitud, buscar la verdadera naturaleza y esencia de las cosas. La práctica de la concentración termina por destruir las latencias del subconsciente. Hay que olvidar las percepciones sensoriales; esforzarse porque nuestra mente obtenga una clara comprensión de que uno es un espíritu puro, eterno. Mediante el japa(repetición de un mantra) y la práctica constante, implacable y diaria, se consigue aniquilar los vasanas y las influencias nocivas del subconsciente. Hay que practicar incansablemente, sin desfallecer.
R. C.: Actualmente y en cierto modo como ha sucedido en todas las épocas y en todas las latitudes, el ser humano padece una serie de estados negativos tales como ansiedad, angustia, miedo, depresión, viéndose esclavizado por múltiples conflictos internos. ¿Cómo puede una persona superar dichos estados?
S. Ch.: Debe afirmar su auténtica naturaleza. Tengamos bien presente que todos esos estados no existen por sí mismos, no gozan de naturaleza independiente. Son solo estados que denotan ausencia de alguna cualidad. Miedo es ausencia de valor; la depresión, de alegría; la angustia, de paz. Ninguno de esos estados, repito, tienen por sí mismos realidad. El ser humano debe autoconvencerse de su irrealidad, de su inconsistencia como tales estados. Simplemente no existen. La oscuridad en sí misma no existe; es solo ausencia de luz. En cuanto se presenta la luz, desaparece. Esos estados negativos se evitan cultivando las cualidades contrarias, cuya ausencia es la que los origina. La persona debe en todo momento rehusar la identificación con esos estados; no debe bajo ningún concepto asociarlos con ella.
R. C.: El yoga pretende que el practicante debe trascender el conocimiento intelectual, que es limitado y condicionante, y obtener el conocimiento superior o intuitivo, que es mucho más amplio e independiente. ¿Cómo trascender el conocimiento intelectual y despertar el conocimiento intuitivo?
S. Ch.: Hay que apoyarse en la inteligencia primordial para avanzar más y más, gradualmente. Con la ayuda de la inteligencia se puede alcanzar la intuición, que es un estado supramental. La meditación profunda es el único medio y la llave que nos permite abrir la puerta que da acceso a la supramente; mediante ella se trasciende la inteligencia común y se establece uno en un estado supramental.


R. C.: ¿Qué se exige para el perfeccionamiento de todas las facultades mentales y psicológicas?
S. Ch.: Pureza y parquedad en la comida. Los alimentos deben ser sátvicos, es decir, puros. Control sensorial, moderación en todo, racional regulación de la vida sexual, neutralización de los estímulos externos. Cuánto más se estimulan los sentidos, más estos nos dominan. Y en definitiva, para lograr ese perfeccionamiento al que usted se refiere, practicar yoga.
R. C.: El samadhi o éxtasis yóguico representa una transformación profunda de la persona y produce determinados y definidos cambios. ¿Podría decirme que cambios se originan en la consciencia y en la psiquis cuando se obtiene el samadhi?
S. Ch.: La consciencia que en la persona común es limitada, se transforma en consciencia ilimitada, eterna, absoluta, El mundo desaparece como si formara parte de un sueño y se nos presenta como una película, como algo irreal. Desaparecen los pares de opuestos y se logra la estabilidad mental absoluta. En la consciencia limitada y finita hay identificación con el cuerpo. En la consciencia ilimitada, total e infinita, hay una identificación con todo lo creado. Se trasciende la consciencia normal, limitada, y hay una identificación total con el universo. Cesa toda perturbación.
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Esta es una brevísima parte de nuestras prolongadas conversaciones. Cada vez que me despedía de Swami Chidananda, recordaba su mensaje:
“¡Oh, hombre, despierta! No seas una caricatura de tu auténtico ser glorioso. No hagas de la vida un mero egoísmo y autoindulgencia sensual, estrecha y fea. Haz la vida radiantemente espiritual. Sal del autoolvido y del sueño espiritual. Camina hacia la Divinidad y la Perfección. Este es tu derecho innato. Sea la bondad divina tu consigna para la vida diaria. Brilla con virtud. Adhiérete a la verdad, pureza, humildad y valor”. 

Material gráfico: indianetzone   dishq.org   flickr.com